¿Cómo consigue la realidad virtual ser tan inmersiva?
- virtualescapebilba
- 11 ago 2024
- 3 Min. de lectura
Las tecnologías de realidad virtual están avanzando rápidamente para ofrecer experiencias más cómodas y realistas. Sin embargo, no es necesario contar con gráficos extremadamente detallados para lograr una inmersión total. Basta con recordar los videos virales en los que las personas pierden el equilibrio al usar gafas de realidad virtual mientras experimentan la sensación de estar en una montaña rusa.
Aunque no siempre llegamos a esos extremos, es común experimentar mareos al utilizar estas tecnologías. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué es lo que hace que la realidad virtual sea tan efectiva en engañar a nuestro cerebro?
Estas son preguntas clave que los científicos están tratando de responder, ya que podrían tener implicaciones importantes en dos áreas. Primero, podrían ayudar a los desarrolladores de dispositivos de realidad virtual y a los creadores de contenido a mejorar sus productos. Segundo, podrían proporcionar una mejor comprensión de cómo funciona nuestro cerebro y cómo percibe el mundo que lo rodea. Sorprendentemente, una máquina puede "engañar" al órgano más complejo del ser humano, aunque todavía no comprendemos completamente cómo lo hace. Sin embargo, sabemos que un paso fundamental es "engañar" a nuestros sentidos, comenzando por la vista.
El verdadero secreto no está en los gráficos impresionantes, sino en la capacidad de los dispositivos para crear una sensación de tridimensionalidad aprovechando nuestra visión binocular. Para mantener esta sensación de inmersión, es crucial que el sistema siga con precisión los movimientos del usuario.
La realidad virtual nos permite interactuar visualmente con el entorno, no solo a través de la vista, sino también mediante nuestros movimientos corporales. La combinación de entornos tridimensionales con un seguimiento preciso de los movimientos de la cabeza permite que nuestro cerebro dé credibilidad a la experiencia virtual. A pesar de esto, muchos sistemas de realidad virtual no explotan al máximo otro sentido crucial: el sonido. Sin embargo, esto puede resolverse fácilmente con tecnologías como el sonido 6D, que puede generar la ilusión de que el sonido proviene de cualquier dirección, incluso desde arriba.
La combinación de imágenes y sonido envolventes no solo nos sumerge en el mundo virtual, sino que también nos aísla del mundo real, aumentando así la sensación de realismo en el entorno virtual.
Además, estos dispositivos también aprovechan nuestro sentido del tacto. Con unas ligeras vibraciones en los mandos, la realidad virtual puede hacernos creer que estamos tocando algo tangible. Sin embargo, uno de los indicios más claros de la capacidad de la realidad virtual para sumergirnos en su mundo es que nuestro cerebro necesita muy poca ayuda para convencerse.
Un estudio reciente destaca lo complejo que es el vínculo entre nuestro cerebro y el entorno virtual, y subraya lo importante que es el sentido del tacto en este contexto. Publicado en septiembre del año pasado en la revista Scientific Reports, el estudio aborda lo que se ha denominado la "ilusión del tacto fantasma" (PTI, por sus siglas en inglés).
En el experimento, los participantes manipularon objetos en un entorno virtual. Al pedirles que tomaran un palo virtual con una mano y tocaran con él la otra mano, muchos de ellos reportaron haber sentido sensaciones táctiles como presión o cosquilleo, a pesar de que no había ningún contacto real.
“Esto indica que la percepción humana y la sensación corporal no dependen solo de lo que vemos, sino de una compleja interacción entre múltiples sentidos y la representación interna de nuestro cuerpo”, explicó Marita Metzler, una de las autoras del estudio.

A pesar de su capacidad de inmersión, la realidad virtual no es perfecta. Nuestro cerebro cuenta con otra herramienta para percibir el entorno: el sistema vestibular, que se encuentra en el oído interno y nos ayuda a mantener el equilibrio.
El oído interno, que contiene líquidos y pequeñas partículas, envía señales al cerebro sobre la inclinación de la cabeza en función de la gravedad. Cuando el cerebro recibe información contradictoria de los sentidos y el oído interno, pueden surgir mareos.
Estos mareos son comunes cuando se usan gafas de realidad virtual y podrían explicar por qué es fácil perder el equilibrio en estos entornos.
La realidad virtual es una herramienta que va más allá del entretenimiento. Entender mejor cómo interactúa con nuestro cerebro podría permitirnos optimizar su uso, por ejemplo, reduciendo la sensación de mareo, y descubrir nuevas aplicaciones, algunas de las cuales podrían tener un impacto positivo en nuestra salud y bienestar. Las experiencias inmersivas podrían ayudar a comprender cómo ciertos entornos afectan nuestro bienestar sin necesidad de exponernos a situaciones reales, ya sean beneficiosas o perjudiciales.
Aunque las gafas de realidad aumentada y virtual aún no son de uso masivo, ya están empezando a hacerse notar en diversos sectores. El futuro de esta tecnología es incierto, pero sin duda ofrece una oportunidad única para profundizar en el conocimiento de nosotros mismos.
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